El sildenafilo es un medicamento común utilizado en el tratamiento de la disfunción eréctil (DE).
Actúa aumentando el flujo sanguíneo al pene, lo que ayuda a conseguir y mantener una erección.
Conocer la dosis adecuada de sildenafilo es crucial para garantizar su eficacia y minimizar los posibles efectos secundarios.
A los adultos de hasta 65 años se les suele aconsejar que tomen 50 miligramos (mg) de sildenafilo en una dosis única no más de una vez al día, idealmente una hora antes del coito. Otra posibilidad es tomar el medicamento entre 30 minutos y 4 horas antes de la actividad sexual, lo que ofrece cierta flexibilidad.
Para los adultos de 65 años o más, la dosis recomendada suele reducirse a 25 mg, tomados de forma similar no más de una vez al día y una hora antes de la relación sexual. Al igual que en el grupo de edad más joven, el medicamento puede tomarse entre 30 minutos y 4 horas antes de la actividad sexual.
El sildenafilo se presenta en varias dosis, siendo 25 mg, 50 mg y 100 mg las dosis estándar. La dosis de 50 mg es generalmente el punto de partida para muchos pacientes con disfunción eréctil, tomada aproximadamente una hora antes de la actividad sexual.
El personal sanitario desempeña un papel fundamental en la determinación de la dosis inicial adecuada de sildenafilo en función del estado de salud y las necesidades específicas del paciente. Suele ser de 50 mg, pero puede ajustarse en función de la respuesta del paciente a la medicación.
Para las personas con disfunción eréctil grave o persistente, el médico puede prescribir una dosis más alta de sildenafilo. La dosis máxima recomendada es de 100 mg, a tomar una sola vez al día.
Los comprimidos de sildenafilo para la disfunción eréctil se presentan en diferentes concentraciones que van de 25 mg a 100 mg. La dosis elegida depende en gran medida de la gravedad de la disfunción eréctil y de la respuesta del paciente a la medicación.
La dosis puede aumentarse a 100 mg o reducirse a 25 mg, dependiendo de su efecto. Por ejemplo, si un paciente empieza a tomar comprimidos de 50 mg y comprueba que el efecto es insuficiente, el médico podría tener que aumentar la dosis. Por el contrario, si se producen efectos secundarios persistentes, el médico puede querer reducir la dosis o considerar un medicamento diferente.
Los efectos secundarios, como los mareos, pueden indicar la necesidad de ajustar la dosis. Si un paciente experimenta efectos secundarios persistentes con una dosis determinada, el profesional sanitario puede plantearse reducir la dosis inicial o incluso cambiar a otro tipo de medicación.
Si los efectos secundarios persisten a pesar de los ajustes de dosis, o si el sildenafilo no está controlando eficazmente la disfunción eréctil, el médico puede sugerir que se pruebe otro medicamento. Es fundamental que se comunique abiertamente con su médico acerca de cualquier preocupación o problema para garantizar el plan de tratamiento más eficaz.